jueves, 28 de marzo de 2013

Los tejos milenarios de la sierra de la Tesla

Hace ya algunos años que mi amigo Javi Torre me enseñó la tejeda de la Sierra de la Tesla. Era el mes de Junio y hacía un calor sofocante, pero eso no nos impidió, a las cuatro de la tarde, acercarnos a este misterioso y bello lugar.
Nos sorprendimos cuando al llegar al entorno de estos tejos observamos un círculo de piedra, donde con toda seguridad se habrían celebrado algún acto de aquelarre, ya que había pasado hacía muy poco tiempo el día de san Juan, fecha muy propicia para estos menesteres.
Desde entonces he ido muchas veces a este lugar y se lo he mostrado a varios amigos, pero siempre habrá personas que no lo conozcan y deseen verlo. Es este el caso para el que he servido de guía a un intermediario, para que a su vez él la pueda enseñar a otros compañeros.
El tejo es un árbol mítico, lleno de magia, historias y creencias. De la familia de las Taxaceas, de sus 5 géneros y 20 especies, que se distribuyen por todo el mundo, nosotros sólo tenemos el Taxus bacatta.
Se cree que en esta tejeda de la Tesla varios ejemplares de tejos superan los mil años, y eso la hace digna de conocer y respetar. Sus troncos son enormes mostrando sus acanalados surcos en las cortezas y sus largas raíces se extienden y sobresalen a ras del suelo. No es la única que hay en Castilla y León; hay muchas más, y tengo entendido que en la zona de Cervera del Pisuerga en el valle de Tosande existe una muy espectacular. Para los neófitos el tejo es un árbol venenoso del que hay que cuidarse; pero el tejo desde que existe la humanidad ha tenido muchas utilidades: instrumentos de música, lanzas ( se han encontrados lanzas desde hace más de 150.000 años), arcos, medicinal (el taxol tiene propiedades terapéuticas contra el cáncer), y sirve de comida para muchos animales: la vaca, la cabra, el mirlo o el zorzal entre otros. No hace mucho tiempo fui con un par de amigas y me sorprendí de como a una de ellas le habían avisado que ni siquiera los tocase porque se podría envenenar. Todo el tejo es venenoso, excepto los arilos de color naranja, pero tanto como para morirse, si se toca, es una barbaridad.
Hoy en día he contribuido a dar de conocer esta tejeda a otro grupo de persona (espero que la respeten y cuiden) y me quedo asombrado de la cantidad de gente que sale al campo y son incapaces de distinguir un tejo, una haya, un roble, un tilo o cualquier otro tipo de árbol. Está bien que admiremos la naturaleza, pero nada nos impide conocerla,¿no lo cree usted así?

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